Hoy, la real venganza de Moctezuma. La Facultad de Ingeniería de la Universidad de Houston
y el Departamento de Estudios Hispanos presentan esta serie sobre las máquinas que mueven
nuestra civilización, y las personas cuyo ingenio las creó.
Colón se llevó dos problemas del Nuevo Mundo. Uno fue el oro con todos
sus males, el otro fue el tabaco
Los botanistas y herbolarios del Renacimiento inmediatamente se interesaron en el tabaco y
como los indígenas lo usaban en pocas cantidades o solo para las ceremonias esto le daba un
aura de importancia a la planta.
Para 1597, el botanista John Gerard escribió que el tabaco inducía visiones y que también
servía para curar dolores en los riñones, la gota, el dolor de muela, parásitos, úlceras, sarna,
quemaduras, y heridas de bala. Era además un antídoto para el veneno de serpientes y su aceite
curaba la sordera. Gerard sin embargo, se opuso a fumarla y aparentemente cayó en cuenta de su
poder adictivo
Para los años 1500 toda Europa estaba adicta al tabaco, el dramaturgo Ben Jonson escribió
“[el tabaco] no sirve sino para ahogar al hombre” Robert Burton lo expresó con más vehemencia:
“es una plaga, un mal…….. maldito tabaco, es la ruina …..del cuerpo y del alma”
Por otro lado el trabajo mejor conocido del poeta isabelino John Beaumont fue “Metamorfosis
del Tabaco” Beaumont decía que el tabaco enmienda querellas y da suerte en el amor.
El cultivo de tabaco fue la primera industria de las Américas. Para el año1600 los europeos
habían adoptado la esclavitud, primero para cultivar tabaco y luego para proporcionar otro de los
peligrosos productos de Nuevo Mundo: el azúcar
En los 400 años siguientes la literatura santificó y satanizó el tabaco. El humo comenzó,
diríamos, a disiparse en el siglo XIX; ya que para entonces el conocimiento del poder letal del
tabaco estaba lo suficientemente claro para el que quisiera admitirlo. El ensayista, Charles Lamb,
luchó para liberarse de él. En 1805 le escribió a Wordsworth: “[debo] dejar el tabaco… [creo] que no
me conviene”. Nueve años más tarde le escribió a otro amigo: “¡Esta misma noche dejo el tabaco!
Tiene que haber otro mundo donde este inalcanzable propósito pueda materializarse”
El primer estudio médico moderno sobre los efectos del tabaco salió de un hospital en Francia
en 1859. En él, se demostraba que de los 68 pacientes que habían sufrido de cáncer en los labios,
todos eran usuarios de tabaco. Pero no fue hasta 1954 cuando la Sociedad Anticancerosa Americana y
el Consejo Británico de Investigaciones Médicas escribieron juntos reportes de gran amplitud que
comenzaron a mostrar la realidad letal del tabaco.
Hoy los impuestos que pagamos mantienen tanto al tabaco como los gastos en salud pública que
este ocasiona; y nos reímos cuando los periódicos mostraron a diez ejecutivos de las tabacaleras
levantando la mano derecha para jurar que ellos creían que el tabaco no era adictivo. Mientras tanto,
Moctezuma obtuvo su venganza. Los colonos europeos si, mataron a veinte millones de indígenas o más -
principalmente a causa de la viruela, la gripe y el sarampión, es una cantidad terrible, pero hasta
ahora el tabaco ha matado a muchos más y las muertes continúan aumentando sin mayor incidencia pese a
lo que la ciencia o la experiencia nos demuestre.
Les habló Aymara Boggiano en otro episodio de las invenciones de nuestra inventiva de John Lienhard,
desde la Universidad de Houston, donde nos interesa el proceso de la mente inventiva.
(Tema musical)
Grafton, A.,
New Worlds, Ancient Texts: The
Power of Tradition and the Shock of Discovery.
Cambridge, MA: The Belknap Press of Harvard
University Press, 1992.
Vea los episodios 1182
y 1194 y el artículo de la Enciclopedia Británica sobre el tabaco.

Photo by James Lienhard
"Si no te agarran los Camels, lo harán los Fatimas."
(una vieja canción que me cantaba mi padre)
The Engines of Our Ingenuity is
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