Hoy, los hombres entran en el dominio de las mujeres. La Facultad de Ingeniería
de la Universidad de Houston y el Departamento de Estudios Hispánicos presentan esta
serie sobre las máquinas que mueven nuestra civilización, y las personas cuyo ingenio
las creó.
Antes de que surgiera la peste, el parto era ámbito femenino. Las
comadronas formaban parte del balance feudal. Los hijos heredaban las granjas de sus padres
y si había demasiados hijos, las parcelas que eran heredadas por partes iguales se hacían
cada vez más pequeñas. El control de la natalidad era elemento clave en el balance de la
economía feudal y las comadronas eran consejeras de confianza para las mujeres medievales.
En este rol funcionaban, como medio controlador del crecimiento de la población.
Para mediados del siglo XV, la peste había aniquilado dos tercios de la población europea.
Las comadronas continuaron asistiendo partos, solo que ahora se hallaban en un mundo que tenía
que ser repoblado. Su rol como agentes de planificación familiar no sería retomado hasta el
siglo XVII.
Para ese entonces, se levantaba la fuerza de la economía mercantil. El mercantilismo utilizaba
dos modos de explotación para balancear el comercio: una era el uso de las colonias como fuente de
materia prima, la otra era la creación de una clase obrera numerosa que produjera bienes para la
venta. Para esto, había que fomentar la natalidad entre los pobres.
La historiadora Londa Schiebinger explica cómo las comadronas entraron en conflicto con la agenda
mercantil. Fue entonces que los médicos universitarios — todos hombres— empezaron a interesarse en
los partos. Se puede entrar en el debate desde dos perspectivas: una es cuestionar si estos médicos
del siglo XVII actuaban a consciencia como agentes del mercantilismo. La otra es cuestionar si su
intervención arrojó resultados positivos o negativos.
Las comadronas no tenían acceso a la educación académica, eran casi siempre analfabetas y
adquirían su conocimiento mediante un proceso de aprendizaje. Por esto las facultades de medicina
crearon una nueva carrera profesional: el hombre–partero. Se les suministró con instrumentos
quirúrgicos, cuyo uso les fue prohibido a las mujeres. Los fórceps, por ejemplo, podían ser una
bendición, pero tal como muchas drogas de hoy en día, los doctores con frecuencia abusaban de
su uso. Las comadronas habían siempre utilizado procedimientos de reposicionamiento muy sutiles
para solucionar algunos problemas durante el parto, mientras que los hombres–parteros muchas veces
eran bruscos en el uso de sus instrumentos. La asistencia durante el parto entonces pasó de ser un
socorro femenino a una empresa lucrativa.
Estos hombres se convirtieron en los ginecólogos de hoy y aunque hoy la profesión está abierta
a las mujeres, la historia provoca dudas. ¿Los hombres conscientemente limitaron la libertad de
las mujeres oponiéndose a la planificación familiar y tomando el control de los partos? Para mediados
del siglo XVIII, los médicos definitivamente atacaban a las parteras. En 1760 una comadrona escribió
un libro sobre el parto en el cual acusaba airadamente a los hombres de “generar el fantasma de la
incapacidad” en la mente de las mujeres.
La historia del parto fácilmente se enreda en la trampa de las políticas que gobiernan la
sexualidad humana. La tecnología del parto nunca avanzará en manos de políticos — sean hombres
o mujeres. Se me hace difícil encontrar otra tecnología primaria — a la que más me gustaría
ver fuera del alcance de gente con intenciones ocultas.
Les habló Aymará Boggiano en otro episodio de “Las invenciones de la inventiva”
de John Lienhard, desde la Universidad de Houston, donde nos interesa el proceso de
la mente inventiva.
(Tema musical)
Schiebinger, L., The Mind Has No Sex? Cambridge, Mass.:
Harvard University Press, 1989, Chapter 4.
Referencias del Traductor:
Aquí hay un documento
con una lista de “Libros Básicos sobre Género Feminismo y Mujeres” editado por
la Oficina para la Igualdad de Género de la Universidad Complutense de Madrid.

Una viñeta del siglo XIX sobre el hombre partero.

Un parto donde se utiliza los fórceps.
The Engines of Our Ingenuity is
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