Los manifestantes eran mujeres. Su objetivo: conseguir una enmienda
constitucional que diera a las mujeres el derecho al voto. Era ese un
momento decisivo en el movimiento sufragista de las mujeres. Este movimiento,
de casi 75 años de vida, era más antiguo que la Guerra Civil americana. Pero
a pesar de los años de lucha había llegado a un alto en el camino. Líderes
influyentes como Lucy Stone, Elizabeth Stanton y Susan Anthony habían fallecido
a comienzos de siglo y la Asociación Nacional Americana de Mujeres Sufragistas
había ido perdiendo el fervor activista que en un tiempo atrás había sido
su carácter.
Pero hace su entrada Alice Paul, licenciada de la Universidad de
Swarthmore y con un doctorado de la Universidad de Pennsylvania, que
acababa de regresar de Londres donde había conocido de primera mano
el activismo sufragista. Convenció a la asociación sufragista americana
que le permitiera crear en Washington un grupo de presión política.
La petición fue aceptada con un presupuesto de trece dólares.
La marcha en Washington lanzó a las primeras páginas de los periódicos
al dormido movimiento de mujeres sufragistas. Y esto sólo fue el principio.
Se dedicaron, incansablemente, en los años siguientes a hacer presión en
los escenarios donde se organizaba la política. Alice Paul y sus seguidoras
fueron las primeras en protestar frente a la Casa Blanca. Cientos de mujeres
fueron arrestadas y encarceladas acusadas de �obstrucción del tráfico
peatonal en las aceras�. Su encarcelamiento y humillante trato del que
fueron víctima en las cárceles despertó la conciencia de la opinión pública.
Siete años después de la marcha de Washington en 1920 la XIX enmienda de
la constitución fue aprobada. Esta enmienda sostiene que �el derecho al
sufragio de los ciudadanos de los Estados Unidos no podrá ser negado ni
limitado por los Estados Unidos o por Estado alguno en razón de sexo�. La
enmienda se aprobó exactamente cincuenta años después de la XV enmienda
que sostiene que a ningún ciudadano de Estados Unidos se le puede negar
el voto en razón de raza o color.
El movimiento de las mujeres sufragistas tenía que ver principalmente
con el derecho al voto, pero tenía que ver también con algo todavía más
básico: el derecho de la mujer y el hombre de ser tratados intelectualmente
como iguales. Es algo que damos por hecho hoy en día, pero ha sido
un largo y difícil camino ingeniado por un dedicado grupo de ciudadanas.
Les habló Aymara Boggiano en otro episodio de Las invenciones de la
inventiva, de Andrew Boyd en la Universidad de Houston donde nos interesa
el proceso de la mente inventiva.
(Tema musical)
Notas y referencias:
Muchas gracias a Beverly Ladnier por informarme sobre este tema.
Gracias también al profesor Landon Storrs del Departamento de
Historia en la Universidad de Houston por ayudarme en preparar
este episodio. Como Dr. Storrs señala, aunque Alice Paul y sus
seguidoras representan un importante estímulo de cambio, sería
incorrecto sugerir que fueron las únicas responsables por los
logros del movimiento de mujeres sufragistas. Alice Paul rompió
con la Asociación Americana de Mujeres Sufragistas (AAMS), por
razón de la tácticas usadas, años antes de que la decimonovena
enmienda fuera ratificada. Y aunque la AAMS fuera menos radical
que Alice Paul y sus seguidoras, hay que reconocer que también
realizó a menudo el ingrato trabajo de conseguir la ratificación
de la enmienda.
C. O�Hare. Jailed for Freedom: American Women Win the Vote
[Encarceladas por la libertad: las mujeres americanas consiguen el voto].
Troutdale, Oregon: NewSage Press, 1995. Editado de la versión original
Encarceladas por la Libertad de D. Stevens, 1920.
Una mujer, un voto. M. Wheeler, ed. Troutdale, Oregon: NewSage Press, 1995.
Todas las fotografías son de acceso ya que los derechos de autor han expirado.

The Engines of Our Ingenuity is Copyright © 1988-2011 by John H. Lienhard.