Hoy fantasía, realidad y submarinos. La facultad de Ingeniería de la Universidad
de Houston y el Departamento de Estudios Hispánicos presentan esta serie sobre las
máquinas que mueven nuestra civilización y las personas cuyo ingenio las creó.
En el año 1870, Julio Verne escribió acerca de su Nautilo
en Veinte mil leguas de viaje submarino. Fue un gran cuento lleno de exageraciones,
pero ya para ese año bastantes submarinos habían sido construidos. Uno hasta había
hundido un barco enemigo durante la Guerra Civil Americana.
El sueño de recorrer las profundidades del océano es tan antiguo como impactante.
Le da vida a la leyenda de la Atlántida y ha nutrido la literatura de cualquier periodo.
Los griegos y los romanos escribieron acerca de las campanas de buzo, como también
lo hicieron los escritores medievales. Un inventor inglés describió un submarino
viable en 1578.
Un inventor holandés finalmente construyo varios submarinos impulsados a remo a
comienzos de los 1600. Ya para los 1700s Inglaterra había concedido 14 patentes para
submarinos. Durante la Revolución Americana, Bushnell creó su submarino �La Tortuga� e
intentó hundir con él un barco británico. Para ese entonces, contaba con una tecnología
ya establecida. �La Tortuga� era propulsado manualmente, como también lo fue el de
Fulton unos años mas tarde.
Cuando el ingeniero alemán Wilhelm Bauer fabricó dos grande submarinos en 1850,
todavía también eran de propulsión humana. Bauer le vendió sus máquinas a los rusos y
lo hizo con gran sentido teatral. En 1856, le añadió una pequeña orquesta a uno bajo
puerto de Kronstadt. Aquel día las tripulaciones de los barcos anclados allí escucharon
el himno nacional Ruso brotando de las profundidades del océano.
Por un tiempo, los ingenieros de submarinos intentaron usar una máquina de vapor,
pero el fuego consumía aire a una velocidad terrible: o se jalaba aire de la superficie
mediante una tubería o se acumulaba vapor en la caldera, y se impulsaba con el fuego
apagado. A pesar de que esto nunca funcionaba por más de unos minutos, el ejército
Confederado construyó una serie de submarinos de 15 metros de longitud, en forma de
cigarro e impulsados a vapor. Sin embargo, fue la tripulación del Hunley Confederado
de propulsión humana quienes hundieron el balandro de la Unión Housatonic en 1864.
Los submarinos prácticos tuvieron que esperar la invención de las baterías compactas
y los motores eléctricos. Después de que los franceses comenzaron a usar esa tecnología
alrededor de los 1880s, no tardó mucho para que el sueño de Julio Verne se convirtiera en
una pesadilla. En pocos años, las barbaridades de la industria de transporte marítimo
ya eran rutina de guerra.
Pero el sueño resucita cuando los submarinos convierten la memoria del naufragio del
Titanic en una realidad � cuando tú y yo podemos viajar por paisajes nunca
antes imaginados. La mayor parte de la superficie de la tierra y también la mayoría de
sus habitantes viven en este mundo fantástico. De verdad nos veríamos empobrecidos si
ese gran misterio no fomentara el espíritu de riesgo e invención.
Les habló Aymará Boggiano en otro episodio de las Invenciones de la Inventiva de
John Lienhard, en la Universidad de Houston, donde nos interesa el funcionamiento de
la mente inventiva.
(Tema musical)
Encyclopaedia Britannica article on Submarines.
Jensen, A., Why the Best Technology for Escaping from a
Submarine is No Technology. American Heritage of Invention
and Technology, summer 1986, pp. 44-49.
Referencias del traductor:
La página �En Las Redes del Tiempo� de Radio Red FM
de México tiene un recuento de la histora de los submarinos
con fotorafías del diseño de Bourne y de La Tortuga
Enlace
Sidoli, O. Historía y Arqueología marítima,
Prehistoria del Subamrino, Siglo XVII( otra página
con la Historia de los submarinos)
Enlace
The Engines of Our Ingenuity is
Copyright © 1988-2011 by John H. Lienhard.