Hoy le ponemos nombre a América. La Facultad de Ingeniería de la Universidad de Houston y el Departamento
de Estudios Hispánicos presentan esta serie sobre las máquinas que mueven nuestra civilización y las personas
cuyo ingenio las creó.
Nuestros continentes tomaron el nombre del navegante italiano Américo Vespucio, en vez
de Cristóbal Colón. ¿Pero por qué? ¿Quién era Américo Vespucio, y qué fue lo que hizo?
Vespucio era un mercader italiano, nacido en Florencia, en 1454, y empleado por la casa ducal de los Médicis,
quienes lo enviaron a supervisar su astillero en el puerto de Sevilla. Esto fue en la época en que Colón emprendió
su primer viaje, supuestamente a la India. De hecho, Vespucio se encargó de algunos de los preparativos del tercer
viaje de Colón. Mas tarde, Vespucio organizó su propio viaje en busca del pasaje que lo llevaría a la India, y que
tanto había eludido a Colón. Zarpó en 1499, siete años después del desembarque de Colón en las Antillas. Vespucio
hizo dos viajes entre 1499 y 1501, y posiblemente un tercero en 1503.
Durante su primer viaje, Vespucio exploró la costa norte de Sudamérica, navegando hacia el sur, pasando más allá
de la desembocadura del Amazonas. Le dió nombres de lugares asiáticos como "El Golfo del Ganges", a las tierras y
aguas que encontró. También mejoró notablemente las técnicas de navegación de la época. Inclusive, durante este viaje,
predijo la circunferencia de la tierra con un margen de error de 500 millas.
Mas el verdadero hallazgo sucedió en el segundo viaje, cuando se dio cuenta de que lo que veía, no era la India sino
efectivamente un continente completamente nuevo. Verificó su observación al seguir la costa hasta llegar a 400 millas
de la Tierra de Fuego. Colón descubrió el Nuevo Mundo, pero fue Vespucio quien reconoció que era un mundo nuevo.
¿Y quién escribió el nombre "Américo" en los mapas? ¿El rey de España? ¿Nuestros padres fundadores? ¿El mismo Vespucio?
No: no fue ninguno de éstos, sino un desconocido clérigo alemán y aficionado geógrafo llamado Waldseem�ller.
Waldseem�ller era socio en una academia literaria que en 1507 publicó una introducción a la cosmología. En este libro escribió
sobre esta nueva tierra que Vespucio había explorado:
No veo razón alguna por la que se pudiera objetar a llamar a nuestro continente
"América", pues Américo fue su verdadero descubridor, un hombre de gran habilidad.
Y así quedó el nombre. Más tarde Waldseem�ller tuvo dudas acerca del nombre que había acuñado para este mundo nuevo, más no
contó con la influencia del nuevo medio de la imprenta. Ya no había manera de deshacer lo que había quedado impreso. Cuando se
descubrió una segunda masa de tierra al norte, se le dio los nombres de Norte América y Sur América a los dos continentes. Y
todo esto nos lleva a preguntar, "¿Quién de verdad descubrió América en nombre de la Europa renacentista?"
¿Fue la persona que por primera vez la descubrió o la persona que la reconoció por lo que era? Ese mismo enigma desasosiega a
todas las ciencias. ¿Quién descubrió el oxígeno? ¿Fue Priestly quien lo aisló de otros gases?, ¿o Lavoisier, quien lo reconoció
como un nuevo elemento pero no supo que era? ¿O fue Scheele, quien acertó antes que Priestly y Lavoisier pero que no publicó su
descubrimiento hasta después de ellos?
Desde luego, es una pregunta sin respuesta. Colón, Vespucio, Ericson, y ese valiente asiático que por primera vez atravesó ese
ribete de tierra que hoy es el Estrecho de Bering. Todos descubrieron esta Tierra. Vale que digamos, con Waldseem�ller: ¿Por qué no
llamarla �América"?
Les habló Aymara Boggiano y este fue otro episodio de las invenciones de nuestra inventiva de John Lienhard, desde la Universidad
de Houston, donde nos interesa el proceso de nuestra fecunda inventiva.
(Tema musical)
Referencias:
Vea su Encyclopaedia Britannica para más sobre
Vespucio
Wilford, J. N., The Mapmakers, New York:
Vintage Books, 1982.
Boorstin, D. J., The Discoverers: A History of
Man's Search to Know his World and Himself. New
York: Random House, 1983, Chapter 33.
Kuhn T., The Structure of Scientific
Revolutions. 2nd ed. Chicago: University of
Chicago Press, 1970.
This is a greatly revised version of Episode
43.

Drawing by Maria Zsigmond-Baca. By
permission of Peter Gordon.
Vespucio y sus dos viajes — el primero en línea sólida el Segundo en línea quebrada
The Engines of Our Ingenuity is
Copyright © 1988-1998 by John H.
Lienhard.