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No. 1297:
La Calculadora de Verea
Audio

Traducción de Helena Talaya–Manso y Aymará Boggiano

Episodio 1297 en inglés

 

Hoy, la inventiva sirve un propósito inesperado. La Facultad de Ingeniería de la Universidad de Houston y el Departamento de Estudios Hispánicos presentan esta serie sobre las máquinas que mueven nuestra civilización, y las personas cuyo ingenio las creó.

Peggy Aldrich Kidwell nos cuenta la extraordinaria historia de Ramón Verea. Verea Nació y se educó en España, luego se mudó a Cuba en 1851. Allí escribió novelas y publicó una revista. Llegó a la ciudad de Nueva York al final la guerra civil cuando tenía 32 años y trabajó en un periódico quincenal publicado en español.

Allí en Nueva York Verea también se dedicó al cambio de oro y billetes de banco, por lo que se interesó en el cálculo. Y aquí comienza una extraña historia de la inventiva. En 1878 a Varea le fue concedida una patente de una máquina de calcular. Las calculadoras se habían ido filtrando en el mercado desde 1820, y todas ellas multiplicaban haciendo sumas repetidas. Así, para obtener 23 por 44 se colocaba la maquina en el 23 y se giraba la manivela cuatro veces para sumar 23 cuatro veces, entonces se movía de nuevo la manivela y se empujaba cuatro veces más para sumar cuatro veces 230. El resultado era 23 veces 44.

Verea vio cómo se podía hacer toda la multiplicación con un sólo movimiento directo de palanca. El fundamento de su máquina era un cilindro metálico de diez caras. Cada cara tenía una columna de agujeros con diez diámetros diferentes que funcionaba más o menos como un telar Jacquard, y era algo realmente ingeniosa. Para finales del siglo XIX las calculadoras mecánicas no eran ninguna novedad, y todas ellas se cambiaron al modelo directo como el de Verea.

El artilugio ganó una medalla de oro en una exhibición en Cuba y la revista Scientific American publicó un artículo sobre el. De repente, la tierra se la tragó. Verea nunca trató de sacarla al mercado. Simplemente se alejó y nunca inventó nada más.

Esta brillante máquina fue tan solo una lección. Verea estaba enojado con su país por haber despilfarrado sus talentos. España se había enriquecido con el oro de los Aztecas en el siglo XVI y desde entonces había tenido que importar productos manufacturados en otros países.

Cuando era niño Verea había visto como España no había desarrollado ninguna tradición inventora ni manufacturera y se había empobrecido a consecuencia de ello.

Verea comenzó entonces un periódico en español El Progreso. En el escribió sobre las máquinas de finales del XIX. Habló del puente de Brooklyn, de los submarinos, de los nuevos linotipos. Reprendía a España. Su tierra natal producía doctores, abogados y políticos, pero... ¿dónde estaban los ingenieros? ¿Dónde estaban los libros en español sobre las artes mecánicas que moldeaban la vida moderna?

Verea comenzó su campaña con un acto impresionante que dejó clara su posición: ¡Claro que los españoles eran capaces de inventar! Él rápidamente sacó un inventó brillante, una máquina que anticipaba a la perfección el siguiente paso hacia las computadoras digitales. Y no lo hizo por el dinero, sino para demostrar que si se puede. Las nuevas industrias reemplazarán los viejos campos de batalla –dijo– así es cómo las naciones se definirán de ahora en adelante.

He dicho en repetidas ocasiones que la invención es una forma de expresión personal, pero nunca lo había sido tan literal como en el caso de Ramón Verea — y su impresionante máquina de calcular.

Les habló Aymará Boggiano en otro episodio de Invenciones de la Inventiva, de John Lienhard en la Universidad de Houston, donde nos interesa el proceso de la mente inventiva.

(Tema musical)


Kidwell, P. A., Ideology and Invention: The Calculating Machine of Ramón Verea. Rittenhouse: Journal of the American Scientific Instrument Enterprise, Vol. 9, No. 2, Febrero 1995.
Agradecimientos a Helen Coffeen por haber facilitado los temas de Rittenhouse y por su impulso para hacer programas desde sus páginas.

 


De Contra el Altar y el Trono, 1890


Notas de la traducción:
La foto de Verea que aparece en el episodio en inglés proviene de la portada de Contra el Altar y el Trono una colección de artículos de en El Progreso de 1884-85 la obra se publicó en 1890 en Nueva York por El Poligloto. Se puede ver en Googlebooks

Fotos
Busto de Verea. Fotografía de Wikipedia Commons. En octubre de 2009, el Concello de su tierra natal A Estrada, Pontevedra, devela cerca de la iglesia de Curantes, este busto en su honor y como reconocimiento a Ramón Silvestre Verea García “Ejemplo del espíritu emprendedor de Galicia”

La calculadora de Verea. Pertenece a la colección histórica de máquinas de calcular de IBM iniciada por Thomas J. Watson, Sr., en los 1930 y se publica con autorización, cortesía de archivos de IBM:
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Vista de la casa de Esmoris, hoy reformada donde nació Verea



Casa natal de Verea en Galicia como aparece junto al artículo “los vecino de Curantes pretenden recuperar la figura de Ramón Verea” publicado el 19.04.2009 en ElCorreoGallego.es
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Video:
Olimpio Arca Caldas publicó la biografía de Ramón Vereas en el libro Emigrantes Sobranceiros, 1998. Este video en gallego muestra el discurso del escritor presentando la biografía de Vereas en una Conferencia cultural en Estrada el 23 de abril de 2010
Vimeo

Jaime Mariño Chao publica en CREADESS un artículo “Menos especialización y más pasión” donde resume detalles de la vida de Ramón Silvestre Verea:
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